jueves, 12 de julio de 2012

El estilo no se discute


El sistema de juego de La Roja identifica al fútbol español e invita a soñar con más éxitos. 

El fútbol español está de enhorabuena. Tras conseguir en Kiev la Eurocopa, nuestra Selección se convirtió en la primera de la historia que encadena dos torneos continentales con un Mundial de por medio. Los españoles ya no recordamos de la misma forma las decepciones vividas en épocas pasadas, cuando llegar a cuartos de final nos parecía lo máximo a lo que podíamos aspirar. Pero los tres títulos logrados hasta ahora son mucho. Algo que no está al alcance de cualquier selección. “Pasará el tiempo y recordaremos siempre a esta generación de futbolistas que nos emocionó una y otra vez, con un estilo nuevo, diferente, original, alabado en todo el mundo”, destacó Alfredo Relaño. “Tan imprevisible es esta España que por no tener no tiene ni vedetismos. Nada de pavos reales y narcisos, la gloria se la han repartido por igual en los tres campeonatos que la han entronizado”, añadió Ramón Besa en El País.
Se ha debatido mucho sobre si la nuestra es la mejor selección de todas a lo largo de la historia. “Es muy difícil decir que España es la mejor en la historia; pero sí es una de las más grandes, y por muchas razones, sobre todo, por su idea futbolística y por la manera que tienen de jugar y de dominar el futbol”, declaró Luis Aragonés al respecto. La calidad de esta grandiosa generación de futbolistas, junto con un sistema de juego que nos identifica, invita a soñar con más éxitos en el futuro. Y debemos seguir siendo ambiciosos, tanto los jugadores como la afición, si queremos conseguirlos. Y es que La Roja está llena de futbolistas jóvenes en su mayoría, además de los que ya vienen pujando fuerte desde las categorías inferiores. En ninguna otra selección sería posible ver en el banquillo a jugadores como Mata, Llorente, Javi Martínez o Fernando Torres. Todo un lujo. 


Pero lo cierto es que, hasta la llegada de Luis Aragonés al banquillo nacional, no tuvimos un estilo claro al que apostar para alcanzar el éxito. A lo largo de la historia hemos tenido grandes selecciones y con jugadores bien dotados técnicamente, una característica que siempre creíamos que nos distinguía. Por ello, en muchas ocasiones nos quedábamos con la amarga sensación de saber que contábamos con un equipo que merecía llegar más lejos de los cuartos de final. Sin embargo, fue Aragonés quien apostó decididamente por un estilo que primaba la posesión del balón sobre otras facetas del juego. Y también el primero que se atrevió a llenar el equipo de jugadores bajitos, pero sobrados de calidad. Adaptó el sistema de juego para aflorar su creatividad, confió en ellos y trató de convencerles de que podían cambiar la historia. Un estilo al que el difunto periodista Andrés Montes (D.E.P.) bautizó como tiqui taca, y que Del Bosque mantuvo cuando tomó el mando del equipo nacional. “A Luis Aragonés se le puede reconocer la idea del cambio de cómo jugábamos a cómo se inició con esta España actual, pero en realidad, más allá del entrenador, la importancia es de los jugadores, que son los que permiten hacer un equipo de esa envergadura”, destaca el propio Aragonés. Desde entonces, todos creemos en esta idea de juego, la cual nos identifica y sabemos que es la que mejor se adapta al fútbol español.

Mucho se ha hablado también de las semejanzas entre el estilo de juego de la Selección y el del Barcelona. Es cierto que sus sistemas tácticos son muy similares. Y ello se debe a la presencia mayoritaria de jugadores del equipo catalán en el combinado nacional, aunque no sólo a ello. “El estilo de España no viene del Barcelona; es cuestión de los futbolistas. Hace cuatro años, del Barcelona, venían sólo tres jugadores; ahora hay un poco más y todos los conocemos, pero esto obedece únicamente a la calidad de los futbolistas, y esa calidad lleva a una unión y una posesión de balón difícil de contener”, opina El Sabio de Hortaleza. Además, las similitudes entre el Barça y La Roja también se deben a que los entrenadores de ambos equipos decidieron apostar por un estilo de juego de juego similar, basado en la posesión de balón y en la superioridad numérica en el centro del campo. 

Tanto el Barça como la Selección han logrado muchos éxitos con este sistema de juego. Y, como suele ocurrir, los rivales van inventando métodos para intentar contrarrestar sus virtudes e imponerse. Por ello, la propia evolución de dicho sistema obliga a realizar continuas innovaciones tácticas para sorprender a unos rivales que tienen un ojo puesto en él. Y este estilo estaba destinado a acabar sin delantero centro puro, para incrementar la superioridad en la zona ancha, trasladarla a todas las partes del campo, evitar marcajes y sorprender en ataque con la entrada de jugadores desde la segunda línea ofensiva. El Barça ya lleva algún tiempo jugando así y, desde principios de la temporada pasada, con Messi como falso nueve, como ya se indicó en este blog. 

Del Bosque había probado varias veces sin un delantero centro, con Silva como jugador más adelantado, y el resultado fue muy bueno. Pero la utilización del falso nueve ha sido muy discutida durante esta Eurocopa. Muchos aficionados, entre los que me incluyo, hemos estado en desacuerdo al conocer la alineación con la que el seleccionador iniciaba algunos partidos. Aunque, por mi parte, lo más criticado fue la presencia de Cesc en dicha posición. En algunos partidos, yo hubiese preferido que, en su lugar, jugara algún futbolista con mayor desborde y velocidad, como Pedro, Mata o Navas, para aumentar la movilidad y el peligro en ataque. Sin embargo, los resultados, como siempre, han dado la razón al entrenador salmantino, y Cesc ha realizado un grandísimo torneo. 

Es cierto que en algunas ocasiones, debido al uso de este sistema, el equipo ha carecido de profundidad y dinamismo en ataque. Pero hay que tener en cuenta que la mayoría de rivales nos conocen bien y refuerzan su sistema defensivo cuando se enfrentan a nosotros, por lo que se hace necesario asegurar la posesión del balón y moverlo con velocidad por todo el frente de ataque para encontrar un hueco. Además, en algunos partidos, como la semifinal y la final, La Roja ha logrado hacer un fútbol rápido, dinámico y profundo sin la presencia de un delantero clásico

Algunos han criticado el juego de nuestra Selección calificándolo de aburrido y conservador debido, sobre todo, al uso del doble pivote con Busquets y Xabi Alonso. Yo también he estado en algunas ocasiones en desacuerdo con esta fórmula. Y es que, en partidos asequibles, o en los que la superioridad en el centro del campo está asegurada, sería conveniente prescindir de uno de los dos (retrasando un poco a Xavi) e introducir a un jugador más ofensivo para aumentar la profundidad y movilidad del equipo. Para ello, incluso, se puede retrasar a Busquets a la defensa. 

Sin embargo, la presencia de ambos jugadores permite a la Selección asegurar la posesión del balón, la superioridad en la zona ancha y las ayudas a los laterales, lo cual se hace imprescindible en encuentros de elevada dificultad. Además, con esa misma disposición de juego, La Roja consiguió el pasado Mundial y ha sido el equipo que más ha tirado a puerta durante la pasada Eurocopa. Y está demostrado que también se puede conseguir jugar con profundidad y velocidad con ambos jugadores sobre el terreno de juego. Los partidos contra Irlanda, Francia e Italia sirven como ejemplo de ello. 

Matrícula de honor en Polonia y Ucrania

El campeonato europeo ha servido para demostrar que nuestra Selección es actualmente la mejor del mundo en todas las facetas del juego. Y ello a pesar de que muchos jugadores no estaban a su máximo nivel físico. Sin embargo, otros como Jordi Alba, Ramos, Iniesta, Pedro o Navas llegaron sobrados en este aspecto a Polonia y Ucrania. La baja de Puyol quedó bien cubierta con la pareja Piqué-Ramos, que ha realizado un excelente torneo. El defensa sevillano está demostrando una enorme madurez y seguridad como central. La baja que sí se ha notado, en mi opinión, ha sido la de Villa, máximo goleador de la Selección. Por otra parte, la irrupción de Jordi Alba ha añadido un recurso más al conjunto nacional debido a su velocidad y desborde por banda. 

Sólo Alemania dio sensación de poder evitar la tercera Eurocopa española. Sin embargo, el conjunto germano cayó eliminado en semifinales ante una Italia con estilo renovado, después de que Prandelli impusiera un sistema más ofensivo y que otorga mejor tratamiento al balón. Pero la azzurra no fue rival ante La Roja en la final del torneo, y acabó agotada físicamente ante la superioridad de los Del Bosque. El conjunto español metió la quinta marcha desde el principio del partido, de manera que un vendaval de posesión, dinamismo, paredes, pases, etc., comenzó a descargar sobre Italia. Al cuarto de hora, una conexión entre Iniesta y Cesc permitió al catalán poner el balón en la cabeza de Silva para llevar el primer gol al marcador.

Tras verse perdiendo, Italia dio un paso al frente y se hizo con la posesión, contradiciendo su historia. A pesar de sus 33 años, sigue siendo un lujo para los aficionados al fútbol ver a Pirlo jugar en su mejor estado de forma, practicando un recital de pases y ayudas a sus compañeros. Con él al mando, los transalpinos tuvieron varias ocasiones de marcar, que fueron desbaratadas por el santo Casillas. Pero antes del descanso, España se hizo nuevamente con la posesión y, fruto de una contra lanzada por Xavi y el veloz Jordi Alba, llegó el segundo, convertido por el lateral. El título ya estaba encaminado. 

En la segunda parte, La Roja se sintió más cómoda que nunca en esta Eurocopa, realizando un mejor fútbol que durante los cinco partidos anteriores, con espacios y velocidad en ataque. Italia se descomponía fruto del agotamiento al que estaba siendo sometida, y la lesión de Motta cuando Prandelli había realizado los tres cambios le obligó a jugar con un jugador menos hasta el final. Así llegaron los goles de Torres y Mata, poniendo el broche a un enorme torneo que augura nuevos éxitos en el futuro.